Un diamante en bruto en primera linea de costa
El Cantón de Cora está en la zona portuaria de Mugardos y es una de las más concurridas turisticamente. Allí es donde localizamos este edificio, que presenta su frente principal al Norte, mirando al propio paseo marítimo, y orienta su fachada trasera al Sur.
Los propietarios y promotores de este proyecto son una pareja joven. Querían hacer de una vieja casa marinera su vivienda habitual, por lo que se pusieron en contacto con nuestro estudio y conocer así sus posibilidades.
A la hora de evaluar un edificio para su rehabilitación hay dos factores que tenemos muy en cuenta: el estado de conservación de los elementos originales y la capacidad de respetar los volúmenes. Cuanto mejor se conserven estos elementos, mejor base tendremos para recuperarlos e incorporarlos a la nueva vivienda, además de garantizar una mayor calidad en el resultado final y un mayor ahorro en obras. Por otra parte, el respeto a los volúmenes no solo es un pilar de nuestro concepto de rehabilitación, sino también del de los organismos públicos implicados (Patrimonio, Concello, Costas...). Y esta coincidencia de visiones suele dar como resultado tramitaciones mucho más ágiles, que es otra cuestión muy importante para los promotores.
El primer análisis del edificio nos permitió identificar problemas como su mala conservación general o la filtración de humedades. La disposición de la escalera interior también condicionaba el nuevo reparto. Sin embargo, la localización de la vivienda en pleno paseo marítimo y su fachada trasera, con espacios amplios y bien recogida, nos parecieron muy buenos puntos de partida y motivos para apostar por el proyecto.
Comenzamos así la búsqueda de soluciones. Decidimos que la casa debería extenderse al área del patio, incorporado como lugar de ocio. Distribuimos la planta baja como zona de día y la primera como dormitorios. El semisótano, todavía hoy un almacén de pescadores, quedó al margen.
Optamos también por marcar distancias con el edificio colindante, con quien compartimos escaleras. Cierto es que tiene gran valor arquitectónico, pero mientras permanezca en estado ruinoso solo aportará humedades y malas vistas. Así que levantamos nuevas barreras hacia el Oeste y abrimos ventanales hacia el Sur para ganar en luz interior.
El resultado final es una vivienda muy luminosa, de distribución limpia y funcional. Su entrada da acceso directo a la sala de estar, donde se sitúa la escalera que sube a la primera planta. Bajo esta encontramos el aseo de servicio y tras él una amplia cocina-comedor. De ahí se accede a la zona de patio y lavandería que conecta mediante escaleras con la terraza superior y pasadizo. En la primera planta encontramos el dormitorio principal, que mira al mar, el baño central, un pasillo con acceso al exterior y el dormitorio secundario, orientado al Sur con una pequeña terraza propia.
Una vez más queda demostrado que el camino de la rehabilitación no está reñido con la arquitectura actual y con la funcionalidad. La calidad de vida que ofrece una vivienda recuperada mejora a una obra arrancada desde cero sin tener porque suponer una inversión mayor.
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